De tanto en tanto me gusta dirigir una visualización creativa en los grupos o talleres, para contactar con “Ser semilla”. La experiencia es sumamente enriquecedora para tomar consciencia de la realidad presente de cada uno, más que de nuestro inicio o pasado.

Mientras pensaba en compartir este ejercicio, me llegó la foto de una pintada (si se puede decir así de fácil) que me obligó a reflexionar profundamente. Sentí escalofríos, emoción, fuerza… Y tuve que hacer un alto en mi propósito de compartir la visualización de Ser semilla.

Esta es la imagen y lo que pude averiguar de su contexto:

Captura de pantalla 2015-02-27 a la(s) 17.13.48"Nos quisieron enterrar. No sabían que éramos Semillas"

Esta pintada está en un muro de Medellín, Colombia, cerca de la actual macro Biblioteca España. Hace unos años, estos barrios ubicados en lo alto de las laderas, estaban aislados de la ciudad. El índice de asesinatos era de más de 400 personas al año… Hoy, ha descendido a 45. ¿Cómo lo lograron? Medidas políticas y económicas inteligentes, humanistas, basadas en 2 grandes proyectos llevados a cabo: 1) Creando un transporte público aéreo (El Metrocable) que constantemente sube y baja sus góndolas voladoras uniendo la ciudad con los barrios altos en 20 minutos; 2) llevando las grandes bibliotecas públicas (y con ello la cultura, educación, arte, vida) hacia allí. Hacia lo alto.  Ya no es más una zona de miedo, de impunidad, de torturas como la de enterrar a mujeres vivas.

Allí se encontró esta pintada en un muro. Impactante. Maravillosa. Terca como la vida misma. Va mi respeto y agradecimiento.

Me vale como homenaje a las mujeres que aún siguen sin derechos y sufriendo graves abusos.  Me vale como reivindicación de las víctimas de crímenes. Me vale como homenaje a las minorías agraviadas, más allá del género y fechas puntuales como el 8 de marzo… Me vale como denuncia de quienes destruyen el arte testimonial de culturas ancestrales…

 

Esto es lo que “casualmente” me llegó mientras pensaba en la visualización de la semilla… Y la mente se me disparó hacia tantas cuestiones filosóficas que necesité buscar algo en la etimología de la palabra semilla que me permitiera regresar a mi propósito.. Y buscando en Google encontré (cito textualmente):

(…) Él (refiriéndose la articulista a Aristóteles) en efecto, trasladando a la biología los prejuicios sociales propios de la misógina sociedad griega, dice que la semilla de un nuevo ser es el esperma del macho y todo lo demás, incluido el huevo y la mujer, es “suelo fértil” para que esa semilla, único origen del nuevo ser, se desarrolle. Es por esa consideración androcéntrica que los antiguos llamaron erróneamente “semilla” al líquido reproductivo del varón (sperma en griego, semen en latín), cuando no es ninguna semilla, y es un error terminológico que mantenemos. (…) 

                                                                         http://etimologias.dechile.net/?semilla

Advertí claramente que me había abierto hacia otro contexto de reflexión y… ¡Qué NO! ¡Que no quería ir por ahí…!  Así que volví a Google, pero nada de etimología, solo diccionario, puro y duro. Y en la acepción del significado de semilla nº 4 de la RAE (no relativo a la biología), reza: “Cosa que es causa u origen del que proceden otras”

¡Eureka! Ya sé para qué plantear ese artículo sobre “ser semilla”.

Ya sé por qué me gusta dirigir esta visualización creativa en las sesiones de terapia:

¿Crees que tú eres la consecuencia de esa causa u origen (= semilla) del que procedes (refiriéndonos al comportamiento y/a la realidad que vives, no a la biología)?

Creo que lo dejo aquí.

TT

 

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